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viernes, 30 de agosto de 2013

Ya está bien, de tanto consejo.


Otra vez empieza la vida sin vacaciones, para los que las han podido disfrutar, y da comienzo los colegios, los trabajos y, en el peor de los casos, la monotonía diaria sigue su curso. Todos volvemos a nuestras vidas luchando por conseguir la hoja de ruta, que en mi caso, se llamada ilusión.

Los que tenemos niñ@s en casa nos damos cuenta que lo más importante y fructífero que debemos transmitir es llenar esas pequeñas cabezas, de cariño, estimulo, entusiasmo y de esa palabra, choteada y hasta mal entendida, llamada amor.
intervención artística-crítica en Madrid.
http://www.escritoenlapared.com/

El amor es sin duda como el acto creativo, no es necesario pero nos cambia la vida, las horas los minutos y los segundos de una realidad, que en ocasiones, es gris o como mínimo confusa.

Pero ante toda está lucha vienen aquellos que aconsejan que nos vayamos de nuestras tierra en busca del oro, olvidando todo lo demás. Aprendamos Alemán, Ingles, Mandarín...

da igual lo cierto es que, para ellos los “especialistas” la salida está ahí fuera, lejos de nuestro territorio y de nuestras raíces. La pregunta es clara...

¿Quién se quedará aquí, a solucionar esto?

Dejaremos nuestra tierra en mano de los especuladores emocionales que tanto daño han inyectado a nuestra sociedad, porque como sigamos con está confusión así va hacer. Tenemos que quedarnos aquí, para empezar a cambiar lo más importante, nuestra mentalidad interior , el como vivimos y que principios rigen nuestra vida.

La crisis puede estar en nuestro bolsillo pero no en nuestra mente, esa crisis no hay trabajo, hipoteca o préstamo que lo solucione.